9 de febrero de 2011

los nuevos...

Hablemos de religión.

Pero no de las ya tan golpeadas y conocidas. Con su sin fin de hijos vástagos y peleoneros.
De las otras.
Las que la gente profesa ahora.
Dejemos a los muchos católicos-judíos-musulmanes-hindúes/budistas.

Los que no creen en la mano invisible.

De este se derivan muchos.
Los ateos. Los agnósticos.

Los que saben que en alguna forma hay un grupo de leyes y fuerzas universales. Que rigen el movimiento de nuestro universo. Enorme. Finito pero ilimitados. Lo insignificantes que somos pero afortunados. Lo complejo, basto, emocionante, intrigante y desconcertante que es buscar respuestas. Sin darse por vencido; dudando por principio.

Los que no dejan de preguntarse todo.

Los que agradecen por sus alimentos sin saber a quién.

Los que solo trabajan mientras se acera el apocalipsis, el fin por el calentamiento global o el cometa Apophis.

Los que hubieran deseado nunca haber empezado a preguntar.


LOS POCOS CREYENTES
Son las personas que son consientes de que son pecadores, pero están consientes que son cosas que pasan desde hace mucho; es parte del pecado original. Pero gracias a eso es como conocen el amor de Dios: les entrega a su hijo para que este haga salvos.
Pelean día a día con Satán en su mente y hablan con Dios en su corazón.
No se dicen cristianos. Ellos saben que el único cristiano murió en la cruz.


Los OTROS
Personas que no saben ni un coño de la religión que profesan. Son los volubles.
Usan sus pocos conocimientos para usarlos a su favor. Si pasan cosas malas: es prueba del señor o casualidades. Si a alguien conocido le pasa cosas malas: el karma o prueba del señor. Si le pasa a alguien desconocido: es justicia divina, karma o prueba. Si es a alguien conocido desagradable: es lo que se merece.